Juguetes Waldorf ¿qué tienen de especial?

No queremos dejar pasar la oportunidad de hablaros y daros a conocer un poquito más nuestros juguetes preferidos: los juguetes Waldorf.

¿Qué tiene de especial un juguete Waldorf?

Un juguete Waldorf es un juguete no especializado, realizado con materiales naturales (casi siempre ecológicos) que no estimula directa y únicamente la capacidad intelectual del niño.

¿Qué quiere decir que es un juguete no especializado?

Un juguete no especializado da la oportunidad al niño de reconocerse libremente en él. Es decir, no es el juguete el que dicta el uso y el juego que ha de darle el niño, sino es el propio niño quien a través de su imaginación y estado de ánimo en un momento concreto decide cómo y para qué utilizar el juguete.

Esta característica es fácilmente visible en las llamadas muñecas Waldorf. Son muñecas especialmente tiernas con rostros poco definidos y sin un alto grado de detalle que acompañan al niño en su juego con libertad. Existen diferentes tipos de muñecas Waldorf para acompañar al niño en su crecimiento y madurez corporal.

La más conocida es la llamada muñeca de abrazar, una muñeca pensada para niños de uno a tres años (aunque para los niños que conecten verdaderamente con ella será su muñeca para toda la vida).

Su estética choca con la tendencia actual del mercado de juguetes y muñecos cada vez más especializados, detallados y acabados. ¿Qué ocurre normalmente con este tipo de muñecos más comerciales? Que el niño no encuentra hueco para reconocerse ni en su comportamiento, ni en su rostro. Por eso no es de extrañar que, en busca de esa libertad, el niño "pinturrujee o tunee" el muñeco a su gusto y que pasada la emoción de la novedad muestre predilección por aquellos muñecos más viejos o que no se encuentran en perfecto estado.

¿Por qué están hechos con materiales naturales y ecológicos?

Los materiales naturales y ecológicos cuidan sus sentidos y permiten que el niño permanezca en contacto consigo mismo mientras juega. Si los estímulos que le llegan al niño desde el exterior son amables, respetuosos y naturales logramos que el niño integre de forma más saludable y armónica el medio que le rodea en su interior.

No tenemos que olvidar que el niño no logra la conquista del cuerpo de un día para otro. Éste  es un proceso lento y paulatino que dura años. Cuanto más pequeño es el niño, más identifica su cuerpo con el medio que le rodea. Así, un estímulo amable se corresponde con una sensación interna de bienestar y viceversa.

No tenemos más que comparar e intentar sentir dónde (nosotros incluso como adultos) nos sentimos mejor una tarde de sábado: si notando cómo la brisa acaricia nuestra cara, observando los reflejos del sol en el agua con el canto de los pajarillos de fondo mientras nos llevan tranquilamente en un paseo en barca por el lago, o sentados en el barco de juguete que nos mueve de un lado a otro mientras esperamos en el centro comercial. Algo parecido sucede con los estímulos que los juguetes producen en los sentidos de nuestros hijos.

El rodari de Grimms y los amigos arcoíris son un ejemplo de juguetes respetuosos con los sentidos de los más pequeños 

¿Qué quiere decir que no estimula directa y únicamente la capacidad intelectual del niño?

Hay una frase de Rudolf Steiner que dice así: "Lo que el niño juega es lo que el joven piensa".

En la pedagogía Waldorf se intenta que el niño aprenda de forma armónica y equilibrada desarrollando a la par la voluntad, el sentir y el pensar. Es por eso que se elude el exceso de intelectualización o los conceptos cerrados y la alta definición de las pantallas, por ejemplo.

Si nos fijamos en el tipo de juego de cada etapa podemos observar sus necesidades y las facultades que el niño desarrolla en cada momento.

Hasta los siete años el niño desarrolla la voluntad  a través de la conquista del movimiento y de la imitación.

Desde los siete años a los catorce el interés por el aprendizaje radica en su sentir y precisa de gran belleza e imaginación para despertarlo.

Y es a los catorce cuando todo ese trabajo hecho por la voluntad y el sentir se transforma en una capacidad y deleite inmenso del razonamiento puro.

Es por eso que estimular antes de tiempo el razonamiento lógico a través de conceptos cerrados puede entorpecer el interés real del niño por el aprendizaje. Esto no quiere decir que el niño no aprenda... Simplemente no se olvida el juego, el ritmo y sobre todo las imágenes bellas, sugerentes y versátiles, capaces de crecer a la par que lo hace el niño.

 El arcoíris Waldorf es el ejemplo perfecto de un juguete natural bello y versátil capaz de crecer según lo hacen las necesidades del niño.

Esperamos os haya resultado un tema útil en estas fechas. Y estamos deseando de poder compartir dudas, inquietudes o experiencias a través de vuestros comentarios.